Tengo familiares y amigos, a quienes quiero y aprecio, que son de izquierda o de derecha, ateos o católicos, del Real Madrid o del Barça, defensores del toreo o antitaurinos, partidarios de la pena de muerte o contrarios a ella. Con todos he tratado siempre de debatir con argumentos sobre mil y un temas… Algo francamente difícil a veces: algunas personas –el etiquetaje es de Ortega y Gasset– no tienen ideas, tienen creencias, y en tal circunstancia hay poco que rascar. En cualquier caso, tras debatir con personas que no piensan como yo siempre he analizado a posteriori sus palabras con esa paz que no te concede el acalorado debate, intentando esclarecer si ellos tendrían razones que a mí me faltaban.
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